La Transición en España desata un ambiente literario de desencanto en el que, a través de una lectura reflexiva, vemos manifestadas con gran primor la nostalgia, la pérdida y la introspección. Sea nostalgia ‘restauradora’, ‘ensoñadora’ o ‘reflexiva’, todas ellas provocan una insatisfacción personal que el autor tacha de estado de locura, o no lucidez, en lo que se centra su estudio.